Esto no es sobre algo personal,
No es sobre perseguir la sensación abrumadora hasta hacerla ceder
Esto no es sobre la mañana en que puso sus pies descalzos sobre el piso álgido y emergió un alma sedienta de amor
Esto no es sobre las caricias y los encuentros carnales que intentan resarcir el vacío de un alma que indulgente clama sentimientos verdaderos
Esto no es sobre el roce de una piel en la que halla refugio clandestino y momentáneo pero luego se desvanece en el anhelo truncado
Esto no es sobre el querer a alguien y no poder, el poder y entonces no querer. No es sobre el timing y su renuente voluntad contra la de ella
Esto no es sobre la soledad que de vez en cuando se asoma bajo la luz tenue de su ventana para saludarla
Esto no es sobre la opresión en su pecho que, como juez silente, le recuerda lo que echa en falta
Esto no es sobre mirar atrás y ver lo que ha perdido ni sobre la incertidumbre de la que intenta siempre escabullirse
No es tampoco sobre el día en que, de manera inminente su alma reclamaba algo real, no efímero; algo sólido, no inestable; algo sincero, no pasajero
Ni mucho menos sobre el día en que admitió frente a su espejo lo que siempre había negado: soledad.
Esto no es… o quizá sí.
Generalmente, o bueno, si uno es consciente, no desea darle a algo artístico y propio una connotación, una razón de ser, quizá porque se reduce a esa connotación, a ese significado, cuando lo que uno busca es que sea lo suficientemente lábil para convergente con todos los puntos, pensamientos y sensaciones, pero que al final, es la soledad la que tiende a acomodarse mejor a todo, es estado que permite la creación genuina de todos los seres.
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