¿Qué escribiré?

Antes de comenzar a escribir sobre “¿Qué escribiré?, quiero mencionar que este no es un blog de autoayuda (aunque pueda llegar a parecerlo), cómo emprender, cómo tener un estilo de vida diferente o sobre cualquier tipo de razón específica, es sólo un blog en donde me dejo ser.

Ahora sí, una vez hecho esta declaración que posiblemente ha generado algún tipo de predisposición, me permito continuar con el preámbulo real:

           Tenía 12 o quizás 13 años; de esos años en los que la certeza de nada es la mayor bandera de todo y en donde las emociones fuertes son como baldes de agua fría que te dan la bienvenida al mundo real. La muchachita perdida y los ánimos de drenar esas emociones que sucumbían de manera desaforada al sentir desconocido y extraño. Palabras emergentes, silencios colmados de pensamientos bulliciosos y una salida: escribir, las palabras y la sensación aliviadora de escape que le concedía. Años muchos y cierto tiempo transcurrido. Escritos intermitentes demasiado imprecisos y desorientados con algo en común: la necesidad desesperada de la expresión; el punto de partida, le llamo yo. Nada concreto, sólo palabras perdidas en el espacio, sin testimonio de ninguna evolución.

Pasado unos 7, casi 8 años, la adolescente quizá resignada de aquel entonces debe sentirse finalmente satisfecha porque hasta ahora le estoy materializando la idea. ¿Algún propósito? La mera y simple expresión. La expresión que envuelve y seduce al arte, quizá, porque nace desde lo profundo y espera solidificarse para dejar de ser sólo ideas perdidas y prendidas de muros cimentados en el aire.  Se lo debo, por eso estoy aquí, encontrando una manera de expresión mientras busco la transformación.

Las probabilidades –las mías propias– aseguran que los escritos puedan trascender y generar disrupción unos de otros… porque es precisamente lo que busco enseñar-me: nada es estático, todo se transforma, hasta los pensamientos, los ideales, los hábitos y hasta la conducta misma, siempre (de manera coherente). Mientras tanto, busco modificar mis propios paradigmas, los que convergen en las limitaciones y en la falta de creatividad, auto-retándome para eliminar esa predisposición autoproclamada del “no puedes”.

Por eso es que, hasta este momento, la idea principal o el propósito de este blog conduce a: introspección individual, transformación a través del sentir con un catalizador importante: las palabras, las palabras, sin tanta parafernalia. Las protagonistas de esta historia que comienzo a exteriorizar hoy, de manera perdida, desorientada y en busca de algún rumbo con destinos más precisos, sensatos y más elocuentes, porque quiero aprender a comunicar, porque quiero comunicar, ¿y cómo hacerlo sin la mínima certeza de, al menos, intuir hacia dónde dirigen mis pasos?, ¿y cómo comunicar desde la confusión?

Finalizado este tentempié, comienzo el reto de la aceptación y la sensatez: la aceptación del pensamiento y la sensatez de lo que es ahora mi sentir, tan variable, tan ofuscado, pero teniendo la pizca de certeza de que no soy la única… que somos unos cuantos.

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